La profesora Luz Fernández Balderrama atendiendo los proyectos de los alumnos de arquitectura
Por Silvia Márquez| Seis de la tarde de un cinco de junio en Sevilla. No es precisamente frío lo que registran los termómetros, pero eso era de esperar. Lo sabían todos los asistentes a esta segunda jornada de clases públicas organizada dentro de las actividades del paro académico que ya va tocando su fin. Y, sin embargo, allí estaban. El enclave elegido esta vez no fueron los jardines del Cristina, sino que las clases al aire libre se trasladaron a la Plaza de la Encarnación, donde docentes y alumnos se apoderaron del espacio público con el único fin de compartir conocimientos como forma de lucha.
Cuenta Rosa Añón, profesora de proyectos arquitectónicos, que en el siglo XVIII se decidió crear un gran mercado central en la Plaza de la Encarnación, un proyecto que tomó forma ya en el siglo XIX y se constituyó como un mercado moderno de su tiempo. Con los años se fue deteriorando, fue tomando parte la asociación de comerciantes y se vio la necesidad de una reestructuración según Germán López, profesor de la misma asignatura y acompañante de Rosa en la Visita al mercado de las Setas. Se convirtió la plaza en la mejor aula para ambos profesores, ya que supieron adaptar su clase acerca de esta nueva tendencia arquitectónica que comienza con la época del milenio y que tanta polémica ha traído, al espacio que pretendían mostrar con sus explicaciones. Y así el resto de clases.
Esta vez fueron en torno a cuarenta profesores los que han querido ser partícipes de esta actividad. Sus clases, repartidas entre las diez de la mañana y las nueve de la noche han convertido, de nuevo, el espacio público en lo que su nombre indica: un lugar perteneciente al pueblo. Y es que han sido muchos los que se han acercado y disfrutado con todo tipo de lecciones acerca de economía, filosofía, filología, física o arquitectura, que ha sido la gran predominante en esta sesión. La arquitectura se ha mostrado en sus diversas vertientes, desde la Urbanística y Ordenación del Territorio de Jorge Benavides hasta la relación de la arquitectura y el arte en la mesa redonda de Pérez de Lama & CO, todo esto sin olvidar la referencia en todo momento al centro histórico de Sevilla, que sirvió en todo momento como ejemplo y como manera de conectar tanto con alumnos como con curiosos que por allí pasaban y que se fueron sabiendo un poco más de la historia arquitectónica de su ciudad.
Así, una vez más, las clases se salieron del aula para acercarse al público. Se convirtieron en debates y se compartieron teorías. Las cosas fuera del espacio establecido volvieron a funcionar, una muestra de que otra universidad es posible, de que la lucha por crear el modelo educativo ideal es posible y, sobre todo, de que lo que el Real Decreto y la universidad elitista que con él se plantea no es la solución. La reestructuración del modelo pasa por una educación pública y que realmente cumpla su función. Algo que, como se ha demostrado en estas clases es factible. Lo público ha ganado una vez más.
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